miércoles, enero 25, 2006

La guillotina del mal

—Don Gaby, ya llegó la nueva guillotina industrial.
—Qué?, nueva? Si la escuela no tiene dinero para comoprar una nueva.
—Bueno, es nueva para nosotros, don Gaby.
Don Gaby se quedó callado, no le importaba, el quería aquella guillotina nueva que vio en la convención de impresores en Guadalajara, aquella nueva de Alemania.
Esta guillotina la encontraron en un anuncio de periodico, extrañamente la vendia un señor dueño de una tienda de antiguedades exoticas.
—Ahorita que acabe con los niños—los alumnos de materiales y tecnicas de diseño gráfico—, te voy a dejar para que limpies la maquina, porque biene muy sucia.
Don Gaby, con su gordura, su boca gedeonda y sus dos tortas bajo el brazo regresó al salón de clases con los jovenes estudiantes y su ayudante se entregó al trabajo de la limpieza de la maquina.

Ya todos se habían ido de los tres salones de clases y de los talleres. El hombre estaba solo y terminaba su tarea de limpiar la guillotina vieja, solo faltaba la navaja, le tenia miedo a las cosas afiladas, pero bahh, toda su vida de impresor había cortado en maquinas como esa y no le iba a intimidar otra guillotina diferente.
Muy diferente.

Tomó el trapo humedo con la mano derecha y cuidadosamente empezó a limpiar la cara frontal de la navaja mientras decia en voz alta para si mismo:
—Esupido don Gaby, como a los niños nada mas los hace trabajar solos, el se dedica a verlos y a verles las nalgas a las niñas. Cuando me va a dar lo mio.—Él y don Gaby eran pareja desde que se hábían conocido veinte años atras al entrar a trabajar a los talleres de impreción.— Pinche don Gaby.
MIentras limpiaba la base para papel de la maquina notó una ligera vibración en ella.
—Que demo...
La maquina vibraba poco a poco mas y mas, pero antes de que el hombre pudiera reaccionar la navaja a había bajado y subido con la velocidad habitual de esta. El hombre no lo notó pero su mano derecha se había desprendido de su brazo sin haber sentido tan si quiera dolor alguno.
—AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH, AAAAAAAAHHHH!!!!!!!! AYUDAA, MALDITA SEA.
El hombre se quedó parado gritando, viendo su muñon salpicar de sangre hacia su cara y hacia las demás cosas en el laboratorio de impresión.
Agarró su mano derecha con la izquierda y trató, de alguna manera, pegar las dos partes, pero sólo seguian salpicando sangre. «¿Qué hago?» se preguntaba, «¿qué hago si no hay nadie?». Se empezó a sentir un poco mareado mientras caía al suelo.

A la mañana siguiente llegó don Gaby al laboratorio.
—Ah, este pendejo volvió a tirar la tinta al suelo con todo y humectantes. Se ha de haber quedado a limpiar,m por eso no llegó anoche
El liquido rojo estaba esparcido hasta afuera del laboratoro, hasta donde empezaban los escalones. Don Gaby abrió la spuertas del laboratorio y a primera vista no vio donde empezaba el rastro de liquido rojo detras de la mesa de apoyo a un costado de la guillotina, pero pudo ver un objeto sobre el suelo que le llamó la atención.
—Una mano de juguete. Hay, este wey y sus pendejadas.
Levantó la mano y presionandola un poco con enojo fue salpicado en la cara (y dentro de la boca) con un chorro del liquido rojo.
—Guacala, que asco —resvaló un poco sobre el suelo y pronto perdió el equilibrió. Se ayó tirado en el suelo sobre la sangre de su compañero de trabajo... y de cama.
La cara de su compañero y amante era blanca e inexpresiva, mientras sus ojos mezclados con mas sangre estaban muertos...
Y don Gaby nunca supo que la guillotina se activó por si sola sin haber precionado los dos botones de seguridad, ahora se sentiria solo por las noches y temeroso de las navajas durante las horas de trabajo, pero pronto perdería el miedo, porque no sabe...
... el secreto de LA GUILLOTINA DEL MAL.

Continuará...







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